lunes, 10 de agosto de 2009

Se cumplen 71 años del fallecimiento de ``El torito de Mataderos´´.


Un 10 de agosto de 1938, se producía el deceso de Justo Antonio Suárez. Indiscutiblemente, el primer pugilista en ser considerado ídolo popular del boxeo nacional. El trágico final, a sus 29 años, había sido producto de una impiadosa tuberculosis.
Su familia, conformada por 25 hermanos, representaba la razón por la cuál se vio en la necesidad de trabajar desde muy pequeño. Con sólo nueve años, se ganaba la vida como lustrador, canillita o mucanguero (mucanga: grasa liviana), extraía la mucanga de las canaletas en su barrio natal, Mataderos. Por aquellos años, ya hacía sombra en el patio del fondo de su casa.
Alrededor de sus diecinueve años incursionaba en el profesionalismo, participando en festivales montados en diversos puntos de Buenos Aires. En virtud de su estilo arrollador y en ocasiones, desprolijo, poco a poco fue gestando una personalidad de un magnetismo insólito en esta área del deporte argentino, hasta esa fecha.
En 1926, alcanzaba el campeonato argentino y sudamericano pluma. Un año más tarde, obtenía el cetro sudamericano de los ligeros, en Chile. Con estos antecedentes hacía su paso al campo rentado, debutando y triunfando por KO2, el 19 de abril de 1928 en el Parque Romano (Bs.As.).
José Lectoure, fundador del Luna Park, ofició de maestro de este joven bonaerense que finalizó su campaña aficionada con récord invicto (48 pleitos - 42 victorias- y seis combates igualados).
En su décimoquinta presentación de su etapa profesional, se ciñó el cinturón argentino de peso liviano al imponerse por puntos en fallo unánime (10R) sobre Julio Mocoroa, el bulldog platense, en el club River Plate (27/3/1930). ¿Cantidad de público presente? 66000 espectadores.
Camiones desbordantes de admiradores llanos, ruidosos y espectaculares, con sus matracas, bocinas y bombas de estruendos lo acompañaban.
El 17 de julio de 1930, protagonizó su primera contienda en suelo estadounidense. Derrotó por puntos en diez vueltas a Joe Glick (hasta ese momento, 118-44-18), en el Yankee Stadium de Bronx (Nueva York). En el Madison Square Garden disputó tres pleitos, saliendo airoso en los primeros dos por la vía de los puntos y cayó por KO9 frente a Billy Petrolle (por entonces, 110-21-13), el 25 de junio de 1931. En total registró siete peleas en Estados Unidos: ganó cinco, perdió una y empató en una ocasión.
El 12 de marzo de 1932, enfrentó a Víctor Peralta en su segunda exposición del cinto argentino, siendo doblegado por KO10 en el Luna Park. (Este fue su anteúltimo duelo)
La última vez que se subió a un cuadrilátero, recibió un fallo sin decisión en el décimo episodio por inactividad de los contendientes (5/10/1935).
Al partir a la eternidad, el palmarés de ``el torito de Mataderos´´ reflejaba 24 peleas exitosas (14 por la vía categórica), dos contrastes y un empate.

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