Ubicado en el barrio de Parque de los Patricios, será reinaugurado con motivo de celebrarse el 67º aniversario del nacimiento del carismático púgil.
Mediante la iniciativa del hijo del popular "Ringo", Oscar "Ringuito" Bonavena, se realizaron las obras de restauración del gimnasio que lleva su nombre.
Además de acondicionarlo con la reparación de los techos, cambio de aberturas y ventanas, se colocó un piso de madera flotante en todo el gimnasio, así como murales decorativos y la placa de bronce en homenaje a "Ringo" Bonavena.
También se renovaron los materiales de trabajo (bolsas, punchingball, peras, y otros implementos) y se refaccionó el ring a nuevo.
La reinauguración se iniciará a las 21:30 y fueron invitados familiares, amigos, directivos y público en general. Además se realizarán algunas exhibiciones en las que participarán glorias consagradas en el club y algunos de los juveniles que orgullosos representan al gimnasio.
Bonavena nació el 25 de septiembre de 1942 y desde muy joven se inició en la práctica del boxeo en el mismo Club Atlético Huracán.
En 1959 fue campeón amateur y después, su éxito como profesional lo llevó a pelear con frecuencia en Estados Unidos. Fue vencedor, entre otros, del campeón canadiense George Chuvalo, combatió dos veces con Joe Frazier -la segunda de ellas por la corona de los pesados de la AMB- y en ambos pleitos fue vencido.
Entre sus 67 peleas como rentado -con 57 triunfos, nueve reveses y un empate-, quedará en el recuerdo la noche del 7 de diciembre de 1970, en el Madison Square Garden de Nueva York, donde cayó en 15 rounds ante Muhammad Alí, a quien tuvo prácticamente de rodillas, y hasta se dio el gusto de llamarlo "gallina" antes del combate.
El disparo del rifle Winchester ejecutado por Willard Ross Brymer, uno de los guardaespaldas de Joe Conforte, el dueño del burdel "Mustang Ranch", hirió mortalmente a un corazón, quien a partir de allí se alojaría para siempre en el corazón de todo un pueblo, el 22 de mayo de 1976.
Las 150 mil personas que despidieron a "Ringo" una semana más tarde de su muerte, en el Luna Park, que jamás se vio tan triste, ratificaron el cariño hacia el hombre que irritó al mismísimo Alí y que inmortalizó las ravioladas del domingo junto con su madre, doña Dominga.
Fuente: Télam
Foto extraída del libro: DÍGANME RINGO (por Ezequiel Fernández Moores).
No hay comentarios:
Publicar un comentario