Que hermosa posibilidad nos brindan algunos boxeadores. El triunfo de F. Mayweather es una invitaciòn a la reflexiòn. El desarrollo del combate se transformò en una exhibiciòn de alta técnica. No solo por los recursos de Floyd, dominando las tres distancias,sino por la envergadura de Márquez. El mexicano,que dio ventajas con el peso,sigue siendo un número uno en el boxeo mundial. Pero lo que más atracción me produjo fue ver la estética de movimientos que es capaz de producir un boxeador.
Floyd compuso una armonía exacta entre sus piernas, su cuerpo y sus brazos. Todo comandado por una mente que demuestra que este deporte requiere de inteligencia. Es allí donde la analogia entre boxeo y arte no parece una utopia. Esa mente fue creando los espacios necesarios para lograr la mayor efectividad. Quiero ser absolutamente sincero, yo simpatizo con Marquez. Por su estilo,su campaña. Pero como los argentinos venimos de los barcos,creo que esa cultura inmigrante nos lleva a la sobrevaloración del esfuerzo. Hoy Floyd me enseñó que ese esfuerzo necesita de una mente creativa.
Por Claudio Montello.
Foto: Chris Cozzone
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