De local en el M.E.N. Arena de Manchester, le arrebató la corona al ucraniano Andrey Kotelnik, consagrándose en fallo unánime irrefutable. ¿Las tarjetas? 120-108,
118-111 y 118-111.
Gran incidencia en esto, radica en su entrenador – Freddie Roach, el mismo trainer de Manny Pacquiao -. Al margen de esto, es innegable que Khan ha demostrado solidez y seguridad a fin de llevar el control del centro del cuadrilátero con una izquierda en jab esencial por velocidad y alcance, tan pronto iniciado el tercer round.
Paulatinamente, se las ingenió para imprimir el ritmo de pelea recorriendo con inteligencia todo rincón del ensogado y lanzando sus envíos desde la distancia, frente a un Kotelnik (31-3-1, 13ko) que se ensañaba con tratar de impactar a la zona blanda, aunque sin resultados favorables a causa de los herméticos bloqueos del británico.
No exageramos en decir que fue un monólogo en contraataque del ahora monarca en las 140 libras, categoría en la que Marcos Maidana ostenta el interinato. A fin de cuentas, el rostro del ucraniano exhibió las huellas de su subordinación (terminando con una visible inflamación debajo de su ojo izquierdo).
Aclaramos que el último asalto se lo llevó Kotelnik, pero ya estaba todo dicho: Khan (21-1-0, 15ko) ya era el legítimo campeón en los 63,508kg de la Asociación Mundial de Boxeo.
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