
El sábado 18/7 en exclusiva, Eusebio Pedroza se brindó en una rica y extensa charla con el equipo periodístico de CAMPEONES EN EL RING.
(único medio de la República Argentina en entrevistarlo y homenajearlo).
Raffaeli: Eusebio Pedroza, ¡maestro! ¿Cómo está usted en Panamá?
Buenas noches. Muy bien, hombre, gracias a Dios. Con nuevas perspectivas para el futuro.
R: Es un honor comunicarnos con usted.
Hombre, hombre, Dios quiera y podamos conocernos personalmente y estrecharnos la mano y el abrazo como siempre, con mucho amor y mucho cariño por esa hermandad que hay entre Argentina y Panamá.
Bocassi: Eusebio, buenas noches. Cuéntele por favor a la audiencia cómo nació su amor por el boxeo.
El amor mío por el boxeo nació idolatrando a un gran campeón que hemos tenido en Panamá, como lo era Ismael Laguna. De muy joven he querido emularlo y así nació esa inquietud, esa sed mía de querer emularlo y poder ser una gloria a futuro de mi patria. Siempre con mucha devoción y amor divino para que Dios iluminara mi camino.
B: ¿Usted se crió en el barrio El Marañón, puede ser?
Correcto, correcto. Yo nací en el barrio Marañón. Ahora lo importante es haber salido de un barrio humilde como ese y luego – Dios de por medio - poder escalar y salir de ciertas cosas que verdaderamente, toda persona humilde y sencilla trata siempre: escalar.
B: ¿Es cierto que usted a los 9 años, ya estaba en el gimnasio?
Exactamente. Desde los 9 años jugaba siempre de mi mamá y de mi papá para inclinarme a esta disciplina del boxeo.
B: Usted antes de llegar a sus grandes peleas, había tenido un rival argentino, ¿se acuerda de Benicio Sosa?
Correcto. Cuando yo tenía escasas once o doce peleas como profesional, me tiran a Benicio Sosa: un boxeador ¡con una línea…! Una persona a quien yo toda mi vida voy a admirar y a respetar, a pesar de que hoy en día es difunto. Pero siempre he tenido un gran cariño y un gran afecto a Don Luis Espada. Don Luis le dice a mi ex apoderado, quien también ha fallecido – Santiago del Río - ``le tengo a tu pupilo un boxeador para que haga el debut de su vida´´. Don Espada pensaba en todo momento que Sosa era el gran campeón (siempre, mi respeto a Benicio Sosa), me iba a ganar o me iba a noquear, pero siempre lo he dicho: ``quien está con Dios, nunca puede estar mal´´. Le gano a Benicio Sosa (21/3/75), siendo él el número uno del mundo. Eso para mí fue una hazaña increíble, toda mi vida lo voy a recordar.
Bocassi: Yo siempre he destacado su fortaleza al haberse recuperado de dos caídas atroces, como fueron esas derrotas con Alfonso Zamora (PKO2, mexicano) y esa contienda con Oscar Arnal (PKO6, venezolano) que marcó un punto de inflexión en su carrera al sufrir ruptura de mandíbula.
Así mismo. Siempre he manifestado que la pelea con Alfonso Zamora fue mal parada. Yo lo tenía casi listo y él me sorprende con un right hand (mano derecha) y me tira. Yo me paro y sacudo la cabeza (en señal de que estaba bien) para irme al tiro y poder ganar la pelea derribándolo, y así ganar por nocáut o nocáut técnico. Pero la pelea fue planificada en Mexicali, Baja California, y toda la vida he recordado que el árbitro Meyran detuvo la pelea rápidamente, con un manoteo hacia mí cara para marearme. En vez de agarrarme la mano y preguntarme si podía continuar, detuvo la pelea automáticamente. Después de ese pleito, regresé desmoralizado y me salió la pelea con Oscar Arnal, en Venezuela. Esta fue en las 126 libras (yo venía de las 118). Lastimosamente, producto de esa pelea (11 de julio de 1976), sufro fractura de mandíbula en dos pedazos. Recuerdo que regresé a Puerto Velo, me le inclino al Dios divino y le pido e invoco por mi salud y que me de fuerzas y resultados para salir airoso. Gracias a mis dos maestros que me enseñaron todo el libreto del boxeo, triunfé en mi vida y me hice campeón del mundo, rompiendo el récord de defensas (20 defensas) y declarado miembro del Salón de la Fama de las dos versiones: tanto de Canastota como de Los Ángeles.
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